Las fotografías de movimientos pueden resultar atractivas pero hay que saber dominar las técnicas para tomar imágenes de acción y que se plasmen con la mejor claridad posible. Capturar imágenes en movimiento se puede hacer mediante dos opciones: tomar una foto borrosa para dar el aspecto del movimiento o sino capturar la imagen congelada para captar un momento determinado.
Una de las cuestiones importante a tener en cuenta para tomar imágenes en movimiento es el tiempo de exposición del movimiento mismo. Hay que tener en cuenta la velocidad de obturación para captar imágenes en acción. Es recomendable probar velocidades de obturación de alrededor de 1/15 de segundo para imágenes en movimiento y para imágenes congeladas se puede probar con una velocidad de obturación de 1/1000 de segundo.
También es importante aclarar que cuando la velocidad de obturación es más rápida lo que sucede es que llega menos luz al sensor digital de la cámara y de este modo la imagen queda sobreexpuesta. Para solucionar esto, hay que optar por una mayor abertura del objetivo. Para lograr una exposición adecuada, el objetivo debe tener una apertura máxima ya que permite una mayor velocidad de obturación.
Otra de las opciones para tomar imágenes en movimientos con velocidades de obturación lentas es haciendo un barrido con el equipo. Esto significa mover la cámara para que el sujeto perdure en la misma posición en el sensor durante la captura. Esta táctica es ideal para tomar personas, animales u objetos que se mueven con una velocidad constante en una misma dirección.
En efecto, lo que se logra con el barrido es que el sujeto de la imagen aparezca nítido y el fondo borroso. Pero también puede ocurrir que el sujeto puede divisarse nítido y borroso en el mismo momento. El barrido hay que implementarlo en la posición adecuada y el sujeto tiene que estar a la misma distancia del fotógrafo durante toda la toma.
Los eventos deportivos son los más frecuentes para tomar imágenes en movimiento. Se recomienda emplear una velocidad de obturación alta en las capturas cercanas. La velocidad de obturación más lenta es ideal para cuando los objetos a captar se comienzan a acercar a uno mismo.
Además, hay que tener presente la estabilización de la imagen y más aun para las cámaras que cuentan con teleobjetivos. Lo que hace esta función es reducir los efectos del movimiento para longitudes focales mayores.